Lo hunden sus propios errores

Hoy es el tradicional Sábado de Gloria, que todavía en algunas regiones del país se celebra con travesuras nada agradables, como es el arrojar agua a quienes van por la calle. Esa práctica en nuestra atrasada, madreada y peligrosa Reynosa no sentó sus reales, simplemente pareció un juego de tontos y, por lo mismo, nadie adoptó esa costumbre.
En cambio, sí cundió organizar procesiones con motivo de la crucifixión de Jesucristo y en domingo festejar la resurrección que, aunque algunos no crean en ello, muy su bronca, pero hay millones y millones por todo el mundo que tienen fe y, por lo mismo, creen en ese milagro.
La historia bíblica cuenta que Cristo regresará, no lo ha hecho de forma física como lo piden los incrédulos, pero sí se ha manifestado a través de la naturaleza, lo mismo beneficiando que castigando y también a través de los grandes hombres que han hecho historia en sus respectivos países. O séase, en donde vea un bien, ahí estará la mano de Dios y, por ello, puedo asegurar que el Todopoderoso sí ha estado presente entre la humanidad.
Por otro lado, el mundo político lógicamente se paralizó con motivo de la Semana Santa, un asueto que se toma para el relax y en el que no cabe la actividad política.
Por lo mismo, resulta inútil que prospectos y prospectas a la candidatura, sobre todo a la de presidente municipal, anden por la playita o los balnearios saludando a diestra y siniestra y, tal vez, uno que otro de ellos hasta repartiendo obsequios, con la lógica finalidad de que el pueblo los identifique y por tanto los tenga en un buen concepto; pero andar haciendo eso durante la Semana Santa me parece que es tiempo perdido.
También el que le anden haciendo al filántropo y, sobre todo, aquellos que saludan con sombrero ajeno, como el alcalde CARLOS VÍCTOR PEÑA ORTIZ, que en los días previos a la Semana Santa intensificó sus recorridos por las colonias que fueron afectadas por la tormenta del pasado 27 de marzo.
Lo patético es que mandó por delante a empleados del municipio y a dirigentes de colonias que cobran en la Sedesol de HÉCTOR OLIVARES, ya mero con trompetas, como anunciando el arribo de “El Elegido”, que por supuesto de eso no tiene nada, como él mismo lo reconoció cuando vio el desmadre que se había hecho por la ciudad con motivo de las pasadas inundaciones, al declarar públicamente que no era Dios.
Pero así se las gastan los colaboradores de Makito, para que en un torpe intento de recuperar lo perdido, está probado nunca ha tenido la aceptación de la ciudadanía.
Y ahí están los números de la pasada elección municipal en junio del 2024, en la que se reeligió con todas las ventajas que proporciona el tener a su disposición la estructura municipal, y aun así salió por debajo de la mesa.
Ganó porque la torpe oposición buscó llevarse “el gato al agua” por su propia cuenta y lo único que logró fue facilitar la reelección del Makito.
Y díganos si no: en la pasada elección municipal votó en números redondos un 51 por ciento del padrón electoral; de ese porcentaje 29 por ciento fue por el Makito, mientras que un 22 por los candidatos de oposición.
Entonces, ganar por 7 puntos con todas las ventajas en términos políticos se puede decir que logró la reelección sin contar con el respaldo ciudadano, pues hubo un 49 por ciento que no votó por él ni por nadie y un 22 por ciento sufragó en su contra.
O séase, un 71 por ciento, si bien no está abiertamente pidiendo su cabeza, también le vale madre lo que le pase, y esa circunstancia es bastante peligrosa para cualquier político, excepto para CARLOS VÍCTOR PEÑA, que vive en su nube en Mission, Texas.
Entonces, entre esa falta de respaldo ciudadano y luego la regada de tepache de calificar de “perros” a todos los que lo criticaban sumándole la protesta de, según él, 300 ciudadanos, que para testigos presenciales de ese acto fácilmente fue más de un millar de personas las que corearon frente al palacio municipal ¡Fuera Makito”, al tiempo que en el módulo que se instaló para registrarse a la protesta la mayor parte de la gente que lo estaba haciendo -y eso le constató al columnista-, se vio que eran provenientes de clase media.
Los que corearon ¡Fuera Makito!, en su mayoría eran de clase popular y además jóvenes en gran número.
Y para redondear la tormenta perfecta, la Auditoría Superior del Estado dio a conocer que entre la Comapa, el ayuntamiento, el DIF y el IRCA, en la cuenta pública de 2023, este municipio tuvo observaciones por un monto en números redondos de 1,800 millones de pesos.
Pero si usted cree amigo lector que el Makito no concilia el sueño por la tormenta en que ya está en medio, está equivocado. Se le vio muy pastoso por las colonias que visitó para entregar enseres domésticos y, de nuevo, la regada de tepache, porque mientras sus trompeteras y trompeteros anunciaban la venida del presidente municipal gritaban a los cuatro vientos que en esa colonia se transpiraba gratitud. Háganos el regrandísimo favor, como si el dinero para adquirir esos apoyos hubiera salido de los costales de billetes que tiene Carlos Víctor.
Pero el colmo es que llegó entregando bolsas de croquetas. Seguramente su mamá, la senadora MAKI ESTHER ORTIZ DOMÍNGUEZ, ha de haber exclamado: ‘Hay tesoro, nunca te compusiste’, y es que nomás faltó que llegara diciendo: “Traguen perros, para que dejen de ladrar”.
Definitivamente, el alcalde reynosense, entre sus propios errores y las zalamerías de sus colaboradores, trae el santo de espalda, mientras que al mariachi “Los Chayoteros”, de KARLA LUNA, como que les entró el pudor y optaron por guardar trompetas, violines y guitarrones.
Como que se convencieron de que este muchacho no tiene remedio, aunque uno quedó por ahí rezagado y tocando como músico amanecido, pero a ese ya de plano nadie le pone atención.
Independientemente, de todo lo anterior, creo que el principal error es que le anden haciendo al filántropo con recursos del municipio, lo mismo la autoridad local que la estatal y la federal. Están únicamente destinando recursos provenientes de nuestros impuestos para ayudar a quienes fueron afectados por las inundaciones que nos dejó el reciente fenómeno natural. Las cosas como son y en su lugar.
Tampoco son filántropos los que por su cuenta andan repartiendo apoyos y comida, pues al hacer pública la acción se transforma en actividad social, que desde luego es meritoria porque la practican con recursos propios o que piden a los amigos.
Y por hoy, BASTA.
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