Columnas - Dra. Yirla Paola García López

“Atención médica en tiempos digitales: ¿estamos listos para esta nueva realidad?”

  • Por: DRA. YIRLA PAOLA GARCÍA LÓPEZ
  • 18 JULIO 2025
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“Atención médica en tiempos digitales: ¿estamos listos para esta nueva realidad?”

La medicina, como la vida misma, evoluciona. Así como los teléfonos pasaron de cables a pantallas táctiles, la atención médica también ha cruzado un umbral importante en los últimos años: el de la digitalización. La llamada telemedicina dejó de ser una posibilidad del futuro para convertirse en una herramienta del presente, revolucionando la forma en que pacientes y profesionales de la salud se conectan. Lejos de ser una moda pasajera, la telemedicina es hoy una alternativa confiable, segura y eficiente para millones de personas que, por distancia, tiempo o condiciones físicas, no pueden acudir de forma presencial a una consulta. Pero, ¿qué es realmente la telemedicina y cómo ha cambiado la forma de atender nuestra salud?

La telemedicina es el uso de tecnología, teléfonos, computadoras, tabletas, videollamadas o plataformas digitales, para ofrecer servicios médicos a distancia. Esto incluye desde orientación médica general, consultas de seguimiento, revisión de estudios, hasta atención especializada. La pandemia por COVID-19 aceleró este proceso como nunca antes. Las restricciones sanitarias obligaron a médicos y pacientes a encontrar nuevas formas de comunicación. Así, la consulta por video llamada, que parecía impersonal para muchos, se convirtió en un puente seguro entre el hogar del paciente y el conocimiento del profesional. Uno de los mayores beneficios de la telemedicina es el ahorro de tiempo y traslados, sobre todo en ciudades con altos niveles de tráfico o en comunidades rurales donde la infraestructura médica es limitada. Además, facilita el seguimiento de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o problemas respiratorios, permitiendo al médico monitorear la evolución del paciente sin necesidad de salir de casa. También favorece la adherencia al tratamiento, ya que el contacto es más frecuente y accesible. Otro punto clave es la atención psicológica y emocional. Muchas personas, especialmente adultos mayores o jóvenes, han encontrado en la consulta virtual una forma cómoda y privada de hablar con un profesional sin exponerse ni interrumpir su rutina diaria.

La telemedicina no reemplaza a la consulta presencial, pero es ideal en casos como: Evaluaciones generales o síntomas leves, revisión de laboratorios, radiografías o estudios de rutina, seguimiento de pacientes con enfermedades crónicas, atención psicológica o psiquiátrica, segunda opinión médica, orientación pediátrica básica. Por supuesto, hay situaciones que sí requieren atención presencial inmediata, como dolor intenso, sangrados, dificultad para respirar, pérdida de conciencia o síntomas neurológicos. Saber distinguir entre una urgencia médica y un problema que puede resolverse a distancia es parte del aprendizaje colectivo que esta nueva era nos exige.

¿Qué se necesita para tener una consulta digital? La mayoría de las veces, basta con un teléfono inteligente con cámara y conexión a internet. Algunas plataformas permiten incluso enviar fotos, videos o documentos antes de la consulta. Es importante elegir profesionales confiables, que estén debidamente certificados y que trabajen en plataformas seguras. La privacidad del paciente es clave. El médico debe respetar la confidencialidad, tal como en una consulta presencial. Y el paciente, por su parte, debe procurar estar en un lugar tranquilo, con buena señal y preparado con preguntas o estudios previos.

Retos y aprendizajes: Como todo cambio, la telemedicina trae también desafíos: desde problemas técnicos, falta de acceso a  Internet en zonas vulnerables, hasta barreras generacionales o desconfianza en la tecnología; pero también nos ha enseñado que la salud puede adaptarse, modernizarse y, sobre todo, acercarse más a las personas. La capacitación médica también está cambiando. Hoy, cada vez más profesionales se forman en competencias digitales, comunicación virtual y plataformas seguras de atención, preparándose para una medicina más ágil, humana y accesible.

Reflexión final: La medicina siempre ha sido un reflejo de su tiempo. Hoy vivimos en una era digital donde la inmediatez y la conectividad transforman cada aspecto de nuestra vida. La salud no puede ni debe quedarse atrás: la telemedicina no es sólo una herramienta tecnológica, es una nueva forma de estar cerca del paciente, de responder con prontitud, de prevenir con oportunidad, de educar con constancia. Es una medicina que se adapta al ritmo del mundo actual, sin perder el toque humano. Como sociedad necesitamos aprender a confiar en estos nuevos medios, sin olvidar que detrás de cada pantalla hay un médico comprometido y un paciente con esperanza. El reto no está en reemplazar la consulta tradicional, sino en sumar herramientas para cuidar mejor, llegar más lejos y ser más eficientes, porque al final la salud no debe depender del lugar donde estamos, sino de la voluntad que tenemos para buscar ayuda y de la capacidad del sistema para acompañarnos, incluso a distancia.

“La medicina cambia, pero su propósito sigue siendo el mismo: cuidar la vida. Hoy, también desde una pantalla.”


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